jueves, 3 de septiembre de 2009

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Pablo Neruda

4 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

Mejor:
Me gustas cuando hablas porque estás presente.

¿No?

Claudia dijo...

pues en este caso,
siempre es mejor hablar que callar.
callar, ya se calla demasiado a lo largo del día..

cora dijo...

amo este poema,lo conozco desde hace mucho
es genial

Tatiana Aguilera dijo...

Mi amado Pablo, y sus versos inmortales, pasarán nuestras vidas, y las de otros, y sus palabras siempre permanecerán en los eternos románticos.
Besos para ti.