miércoles, 31 de marzo de 2010

Nada




" Nada ", De Carmen Laforet. Premio Nadal en El 45, y Premiado por la Real Academia Española en el 48. Calificada por la crítica como un "caso único en la categoría de lo excepcional".



Solo es posible comprender y extraer algo de esta obra, si hemos llegado al final de ella, contemplando expectantes el transcurso del año que pasó Andrea, en la casa de la calle Aribau de Barcelona. Ambientada en la misma época en la que se escribió, la posguerra, narra acontecimientos que sobrecogen desde el primer recuerdo - su llegada, llena de misterio y expectación -, dada la forma en que la protagonista los siente y los cuenta. Un mundo de rarezas y personajes extravagantes se reúnen a su alrededor, y es únicamente la voz de Andrea, la que dota de verdadero realismo a la novela.

Con el pasar de las hojas, quizá podamos preguntarnos por su verdadero argumento, por el verdadero sentido que tiene todo lo que le ocurre a Andrea, el porqué de que se narre un hecho y no otro, por la verdadera causa del desenlace, e inevitablemente se reflexione sobre el propio título, "Nada".



El final, y mas aún retornando a la primera página, que cita el fragmento de un poema de Juan Ramón Jiménez titulado " Nada ", será la vía para capturar el siempre presente mensaje del autor - o no -, y sentir un escalofrío a causa de lo simple que nos parecía estar observando y el enorme miedo a la verdad que no había sido encontrada en ello.










Nada  (Fragmento)

A veces un gusto amargo
Un olor malo, una rara
Luz, un tono desacorde,
Un contacto que desgana,
Como realidades fijas
Nuestros sentidos alcanzan
Y nos parecen que son
La verdad que no sospechada ...

 
 
 
                                                                    Carmen Laforet

viernes, 5 de marzo de 2010


"Los hombres no saben por qué les satisfacen las obras de arte. No son verdaderamente entendidos, y creen descubrir innumerables excelencias en una obra, para justificar su admiración por ella, cuando el fundamento íntimo de su aplauso es un sentimiento imponderable que se llama simpatía. Aschenbach había escrito expresamente, en un pasaje poco conocido de sus obras, que casi todas las cosas grandes que existen son grandes porque se han creado contra algo, a pesar de algo: a pesar de dolores y tribulaciones, de pobreza y abandono; a pesar de a debilidad corporal, del vicio, de la pasión. Eso era algo más que una observación: era el resutado de una experiencia íntimamente vivida por él, la fórmula de su vida y de su gloria, la clave de su obra. ¿Por qué había de extrañar, entonces, el hecho de que lo más peculiar de las figuras por él creadas tuviera su carácter moral?"






Thomas Mann, "Muerte en Venecia"
(y Muerte en Venecia de Visconti)