martes, 18 de septiembre de 2012


De repente hay algo que te impulsa a volver, algún silbido silencioso empieza a envolverte y a rodear la intención de cada paso que das, cada gesto que haces. La desconocida y recóndita parte de tu mente te exige librarse de sus ataduras, está rebosante de sentimientos y pensamientos, escondidos o tirados simplemente por ahí. Y crees que es sano recuperarlos.

1 comentario:

mateosantamarta dijo...

Pues ya sabes que aquí dejaste el cuaderno para pensar en alto. Te escuchamos. Un abrazo, Claudia.